La claridad nos hace ver cuando nuestra casa está sucia y desordenada. Para algunos no tiene importancia porque ya están acostumbrados mientras que otros a falta de tiempo posponen el orden y la limpieza hasta que toman la decisión de hacerlo. Jesús empezó a trabajar en ese contexto cuando dice en Mateo 4; 17 Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
La falta de perdón y no hacer la voluntad de Dios significa estar en la oscuridad de una vida desordenada. Uno de los síntomas de estos días es la depresión (del latín depressio: opresión, encogimiento o abatimiento) es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana. Los desórdenes depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad.
El Salmos 28:7 dice Jehová es mi fortaleza y mi escudo: En Él esperó mi corazón, y fui ayudado; Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi canción le alabaré.
Que este día podamos pedir a Dios su abrazo, protección y nuevas fuerzas para salir adelante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario