lunes, 25 de agosto de 2014

LIBRE PARA SER FELIZ


Hubo un tiempo en que pude compartir diferentes reuniones y cultos con los internos de la cárcel y conocer como viven y piensan. Todos querían contar cómo llegaron a estar presos, sus testimonios son un dato clave para entender cómo vive alguien que no es feliz. Gracias a Dios, los que ya conocen a Jesús, están libres a pesar de que tienen que cumplir sus condenas. 
En Mateo 2:1-12 vemos cómo bajan a un paralítico para que Jesús pueda sanarlo. En el mismo lugar estaban algunos negativos que sólo buscaban criticar. La sorpresa de todos fue cuando Jesús le dijo en el versículo 11: levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. 
Ser libre significa poder dominar lo que antes nos hacia pensar, hacer o decir que luego causaba algún daño. 
El carácter y la actitud necesitan ser sanados. Todos vimos y escuchamos como se trataban nuestros padres, algunos marcaron de manera positiva y otros muy negativa dejando patrones que hoy pueden dominarnos. Jesucristo desea liberarnos y sanar toda conducta dañina que nos separa de los demás. En vez de que lo aprendido me domine, ahora en nombre de Jesús debemos dominarnos. Este desafío es para todos, ¿Te sumás?